Retiro Formación en la naturaleza

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En la sociedad actual vivimos rodeados de estímulos que nos invitan a la desconexión de nuestro cuerpo y de nuestras necesidades, y sumado a las experiencias de dolor que experimentamos en la vida y que nos son en ocasiones difíciles de gestionar, vamos instaurando corazas corporales que mantienen ancladas informaciones en forma de dolor y malestar emocional. Sin a veces ser conscientes, solo en el presente tenemos el poder de estar con aquello que emerge de dentro, solo hoy.

En campo electromagnético del corazón se expande varios metros más allá del cuerpo físico y contiene unas 40.000 neuronas, siendo un gran emisor y receptor de información con inteligencia propia. Cuando se halla en coherencia con el cerebro, la regulación biológica y fisiológica y la percepción e intuición recuperan su ritmo vital innato viajando libres de obstáculos.

El cuarto chakra vinculado al corazón es el puente que une los chakras inferiores con los superiores, los aspectos terrenales con los espirituales. Desde el punto de vista anatómico el corazón está protegido por la caja torácica y por el pericardio, su membrana protectora no solo a nivel fisiológico sino también a nivel emocional y relacional. El pericardio es quien protege al corazón de los impactos emocionales y a la vez es quien alberga la "coraza endurecida" cuando se cierra con el fin de separarse del dolor.

Todo tiene sentido en nuestra biología, incluso acercarnos a la escucha de los bloqueos del cuerpo desde un lugar cuidadoso con el fin de que sea el cuerpo mismo quien va liberando e integrando paulatinamente las cargas que mantiene en su interior.

Tanto el nivel físico donde se ubica el corazón (caja torácica) como su aspecto metafórico nos hablan del afecto, la familia y las relaciones; y es el vinculo lo que, siendo mamíferos, nos hace más humanos.

"Me palpita el corazón"

"He sentido una corazonada"

"Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos"

"Tengo un puñal en el corazón"